Se terminó el fútbol

por Diego de la Fuente

Y se fue el mundial, se acabaron los gorros celestes y blancos, te escapaste vos que tan fácil dejabas que te abrace para festejar o recordar los goles. Se fue también la pantalla gigante que nos reunió en la calle, como en esas viejas fiestas que deben haber existido antes cuando todo el pueblo salía a la calle, a la plaza, al parque, a celebrar o lamentarse.

–Habrá que esperar cuatro años –me dijo un pavo que se ve que sabe poco de pasión, de lo que yo necesito sentirme vivo hoy y no dentro de cuatro años.

–No, no –dije yo. “No, no”, pensé. Necesito abrazarte antes de cuatro años, buscar otras pasiones, otras excusas. Me hace falta la emoción esa que nos recorre, tal vez con menos fuerza o con más cercanía, o no sé.

Me quedé triste un tiempo y, recién después de mascullar esa angustia, empecé a recorrer los barrios, a caminar, a salirme despacio de mí mismo, y me encontré con el fútbol de otra manera, en encuentros barriales que no tienen nada de competitivo, donde ganar no requiere hacer perder al otro, donde los resultados son sólo circunstancias de un encuentro en el que lo importante es juntarse para disfrutar de la fiesta del juego, del griterío y la amistad.

Y te vi a vos de nuevo. Con la cara lavada y el pelo recogido, sirviendo chocolatada con una sonrisa que tumbaba paredes. Los chicos se concentraban en los vasitos calientes y yo en tus movimientos, en la gracia que te desborda cuando estás ayudando. Entendí que la pasión puede transmitirse a otras cosas, que está bueno gritar un gol, pero que también es lindo limpiar unos mocos, servir una merienda, jugar un rato.

Un pelotazo me dio en la cabeza y me trajo de vuelta. Estaba parado al borde de la cancha, ensimismado, “entumismado”. La pelota se fue a un costado y yo corrí atrás. Torpemente se la acerqué a un pibe que venía hacia mí y se reía de mi incapacidad, de la impotencia de mis piernas; como para no, si hace años que no juego al fútbol y ni siquiera cuando jugaba era más o menos bueno. Me di cuenta que vos me mirabas entonces, sonriendo también, devolviendo el fútbol a la vida, a lo que importa, al sol que sale después de la tormenta.




Fútbol integrativo en los barrios

Con amplia participación de chicos y familias, la municipalidad de San Lorenzo llevó adelante encuentros de fútbol interbarrial y vecinal con el objetivo de integrar a través del deporte, durante todo el mes de julio en diferentes vecinales y canchas de barrios en toda la ciudad.

Fueron más de un centenar de chicos los que participaron de los barrios Bouchard, José Hernández, Capitán Bermúdez, El Pino, Moreno y Barrio Norte, en jornadas donde reinó el compañerismo y la buena onda.

"Esta gestión y especialmente el intendente Raimundo, entiende la importancia social que tiene el deporte y la realización de este tipo de encuentros", expresó Miguel Sotelo, coordinador de la cartera de deportes sanlorencina, y concluyó "porque acá se encuentran los chicos, pero también todas las familias y los barrios".

Asimismo los organizadores destacaron la colaboración de técnicos y profesores quienes fueron contagiándose con el entusiasmo de los chicos. Especialmente valorado fue el trabajo de Ana Bardallo, el concejal Marcelo Roggi, Darío Ferrari, Celestino Inés, Raúl Correa y José Bautista Romero, entre otros.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Return top