Mejor preparados para el trabajo



Con más de 400 personas instruidas en más de 30 cursos distintos, el área de Empleos de la municipalidad de San Lorenzo promueve la inclusión o reintegración de las personas al mercado laboral. A la formación se suman los convenios con entes privados para la contratación directa de mano de obra y la tramitación de planes de asistencia en caso de desempleo.

En poco menos de tres años de gestión la oficina de promoción y empleo a cargo de Luis Finoli llevó a cabo, y continúa desarrollando, más de 30 capacitaciones diferentes, con varios centenares de personas que ya se han beneficiado con entrenamientos que incluyen teoría y práctica laboral para desarrollar habilidades y mejorar sus condiciones para el empleo.

Ésta es una de las principales funciones que cumple el área que se articula con distintos actores sociales, instituciones, empresas y organismos del estado provincial y nacional para brindar soluciones cada vez más eficientes a la problemática del empleo en la ciudad.

Entre las capacitaciones que se han encarado hasta el momento se destacan cursos de costura, cocina y computación, colocación de cerámicos, albañilería, pintura de obra y plomería, mantenimiento de espacios verdes, de auxiliar administrativa con programa Tango incluido, decoración de vidrieras y moldería, entre otros.

Es función de la oficina de empleo “realizar diferentes capacitaciones para mejorar y promover la inclusión de los sectores con baja integración en el mundo del trabajo”, explica Finoli, quien junto a un equipo de jóvenes profesionales y estudiantes lleva adelante esta dependencia crítica de la gestión de gobierno.

Asimismo, el titular de la cartera de empleo agrega que, las actividades de formación, “no sólo se aplican a empleados nuevos sino también a los trabajadores con experiencia, con el objetivo de colaborar con la mejora su rendimiento y desempeño en las asignaciones laborales actuales”.

El impacto de la capacitación es amplio ya que, como aseguran los expertos, dichos entrenamientos les dan a los participantes una gran gama de conocimientos, una mayor sensación de competencia y un repertorio más grande de habilidades, claves para un mayor desarrollo personal y, por ende, laboral también.

Para la elaboración de estas actividades la oficina de empleo cuenta con la participación y la firma de convenios con distintas instituciones como vecinales, clubs y sindicatos, con los que se accede a su vez a financiamiento a nivel provincial y/o nacional. De igual forma, desde el municipio se encuentra instrumentado el trabajo de tal manera que se brindan seguros de responsabilidad civil, insumos y materiales didácticos para los participantes de todas las actividades de capacitación.

Por otro lado, la metodología utilizada en las instrucciones que programa esta oficina, facilitan el aprendizaje de los trabajadores y les permiten aprender a su propio ritmo, proporcionándoles una retroalimentación inmediata y reduciendo de esta manera el riesgo de posibles errores. Aquí Finoli subraya el doble beneficio que implica la formación ya que cuando los trabajadores están mejor informados acerca de los deberes y responsabilidades de su trabajo –cuando tienen los conocimientos y habilidades laborales necesarios para desempeñarse– son menos propensos a cometer errores costosos para la empresa, por un lado, y protegen su salud y su fuente laboral, por el otro.

Todas las capacitaciones apuntan a brindar ventajas a nivel laboral cuando no es posible colocar a la persona directamente en un puesto. “Muchas veces no se trata de dar a la persona empleo sino de capacitarlo para que pueda conseguir uno y, en este sentido, se cumple el refrán que reza que si te doy un pescado te alimento por un día, pero si te enseño a pescar te ayudo para toda la vida”, concluye el funcionario de la administración Raimundo.


Un testimonio

El relato de una persona puede ilustrar cómo la capacitación, más allá del entrenamiento específico necesario para desempeñar una tarea, puede habilitar mejores posibilidades de acceso al mundo del trabajo.

En 2007 Gerardo se quedó sin trabajo en la empresa en la que se desempeñaba, luego de que sufriera un accidente que lo dejó temporalmente inhabilitado para hacer sus tareas. Con el seguro vencido al momento del siniestro, perdió su puesto laboral y no recibió ninguna compensación económica. Tuvo que recuperarse solo y sufrió dificultades para conseguir un nuevo puesto laboral ya que no contaba con una preparación adecuada.

Pasaron meses de desesperación y desesperanza en la búsqueda infructuosa de empleo, después de una larga recuperación física. Sus conocimientos resultaban insuficientes o desactualizados para que las empresas lo consideraran habilitado como para ser incorporado.

Conoció los programas que impulsa la oficina de promoción y empleo a través de su mujer, que ya había asistido a los cursos de revestimiento cerámico con la ilusión de utilizar los conocimientos adquiridos cuando tuviera la oportunidad de acceder a su casa propia.

Con alguna desconfianza decidió acercarse y después de participar en las clases de instalaciones sanitarias domiciliarias, albañilería y revestimientos, comenzó a realizar trabajos por su cuenta y se reinsertó en el mercado laboral.

“Yo creía que no iba a poder volver a trabajar, después del accidente y de intentar conseguir trabajo por meses sin resultados. Si bien, la capacitación sola no resuelve el tema, me ayudó mucho a darme cuenta que yo podía hacer muchas cosas y me puso en contacto con gente que me ayudó”, comenta Gerardo.

Luego de trabajar un buen período como cuentapropista, consiguió un empleo efectivo y volvió a insertarse en el mercado laboral. Más allá de la realidad de estabilidad que hoy vive, no deja pasar ninguna oportunidad para seguir capacitándose y continúa en contacto con la oficina de empleo.

Este es uno de los tantos casos que existen y demuestran el poder de transformación que tienen las acciones pequeñas y sostenidas en la comunidad.

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